viernes, 29 de abril de 2011

Madre..

Nuestra historia, al ser diferente a todas las demás, nos ha hecho amarnos a nuestra manera. Aunque, creo que una historia "normal" entre hijos y padres es algo que nadie ha experimentado en realidad, un hecho ficticio que la televisión nos enseñó durante nuestra niñez mientras veíamos el teatro de una familia "perfecta" con miembros que ríen juntos, que nunca lloran en soledad, que comparten tanto sus tristezas como sus alegrías, que se cuidan, se apoyan y tantas cosas mas...

Observando un poco la realidad de nuestros hogares, me doy cuenta de que son tantas las distintas verdades que encontramos y tan diversas que cueste creer que casi ninguna se asemeje a esas historias que de niño soñábamos. Vivimos en medio de un ambiente en el que todo se va a los extremos y la única manera de encontrar un balance que nos de armonía es la mentira. Mentira que como hijos, padres, hermanos, primos, tíos y hasta abuelos, utilizamos para darnos una falsa sensación de aceptación y "pasar colados" ante los ojos de esos que nos acompañan desde tan cerca en nuestras vidas.

Gracias mamá, por no mentirme y permitir que yo sienta las ganas de no hacerlo contigo. Por ser exactamente quien eres conmigo y por ser, a tu manera, la mejor mamá y amiga que puedo pedir.

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